Esta novela de Juan Rulfo, gran autor mexicano es una extravagante historia en donde se confunden los tiempos, las historias y los personajes, ya que no sólo narra la realidad mundana, sino que nos introduce en el misterio de la vida después de la muerte.
En primer lugar, es una síntesis de muchos de muchos pueblos de la tierra de Rulfo que se iban quedando abandonados y donde-según sus palabras- “los vivos están rodeados de muertos”. Encierra en la aldea de “Comalá”, una síntesis de elementos característicos de la historia de México, centrada en una sociedad rural arcaica y de tipo feudal; que se entremezcla con la vida debajo de la tierra, entre tumbas de diferentes personajes que uno nunca llega a descubrir exactamente cuándo dejaron de existir y porqué siguen hablando como si estuvieran vivos. Juan Páramo llega a Comalá en busca de su padre Pedro Páramo, ya que en el lecho de muerte, su madre le pidió que lo encuentre. Sin embargo, al llegar se da cuenta de que éste había muerto y empieza a conocer a la gente del pueblo, hasta que entiende que también ellos estaban muertos y finalmente a él le toca el mismo destino. Pero lo interesante es que entre este relato se intercala la historia de vida de Pedro Páramo: sus esposas, amantes, peleas, maldades y su relación con todas las personas del pueblo. Así, vamos conociendo el amor que tuvo a su mujer; del daño que hizo al mandar a matar a familiares y amigos quitándole todas sus pertenencias sólo para beneficio personal; y de la cantidad de hijos que dejó al morir. No obstante, no todo salió como Pedro lo hubiese querido, ya que su hijo predilecto, Miguel Paramo, falleció cuando montaba a su caballo por quién tenía una extraña fascinación; y luego su esposa, la única mujer que logró amar incondicionalmente pero que se volvió loca y no logró sobrevivir a la paranoia. Luego, como todo el pueblo se dio cuenta de su maldad, le echaron la culpa de todas las desgracias y ni siquiera se percataron de la muerte de su mujer. Por este acontecimiento Pedro sufrió de dolor y juró vengarse, dejando morir a Comalá. Finalmente cumplió con su promesa y toda la aldea desapareció, incluso él mismo.
Con una extraña estructura literaria esta novela te atrapa porque querés seguir leyendo para entender algo, pero es tan complicado seguir el rumbo, que obligadamente tenés que anotarte los personajes en algún lado como ayuda memoria. No es comparable con la dificultad de “Cien Años de Soledad”, pero se hace caótico leer de corrido sin deternerse un minuto a pensar de quién se está hablando y si está muerto o vivo. Es un libro corto y de letra grande, asique ideal para los vagos. Describe clara y detalladamente la realidad rural mexicana, asique resulta muy interesante conocer esta parte de la historia. Por último agrego que tiene algunos puntos en común con Dulce Compañía, asique si ya leyeron esa novela y les gustó, les recomiendo ésta.
Mi puntuación final: 5 estrellitas.
Besos. Vero.
En primer lugar, es una síntesis de muchos de muchos pueblos de la tierra de Rulfo que se iban quedando abandonados y donde-según sus palabras- “los vivos están rodeados de muertos”. Encierra en la aldea de “Comalá”, una síntesis de elementos característicos de la historia de México, centrada en una sociedad rural arcaica y de tipo feudal; que se entremezcla con la vida debajo de la tierra, entre tumbas de diferentes personajes que uno nunca llega a descubrir exactamente cuándo dejaron de existir y porqué siguen hablando como si estuvieran vivos. Juan Páramo llega a Comalá en busca de su padre Pedro Páramo, ya que en el lecho de muerte, su madre le pidió que lo encuentre. Sin embargo, al llegar se da cuenta de que éste había muerto y empieza a conocer a la gente del pueblo, hasta que entiende que también ellos estaban muertos y finalmente a él le toca el mismo destino. Pero lo interesante es que entre este relato se intercala la historia de vida de Pedro Páramo: sus esposas, amantes, peleas, maldades y su relación con todas las personas del pueblo. Así, vamos conociendo el amor que tuvo a su mujer; del daño que hizo al mandar a matar a familiares y amigos quitándole todas sus pertenencias sólo para beneficio personal; y de la cantidad de hijos que dejó al morir. No obstante, no todo salió como Pedro lo hubiese querido, ya que su hijo predilecto, Miguel Paramo, falleció cuando montaba a su caballo por quién tenía una extraña fascinación; y luego su esposa, la única mujer que logró amar incondicionalmente pero que se volvió loca y no logró sobrevivir a la paranoia. Luego, como todo el pueblo se dio cuenta de su maldad, le echaron la culpa de todas las desgracias y ni siquiera se percataron de la muerte de su mujer. Por este acontecimiento Pedro sufrió de dolor y juró vengarse, dejando morir a Comalá. Finalmente cumplió con su promesa y toda la aldea desapareció, incluso él mismo.
Con una extraña estructura literaria esta novela te atrapa porque querés seguir leyendo para entender algo, pero es tan complicado seguir el rumbo, que obligadamente tenés que anotarte los personajes en algún lado como ayuda memoria. No es comparable con la dificultad de “Cien Años de Soledad”, pero se hace caótico leer de corrido sin deternerse un minuto a pensar de quién se está hablando y si está muerto o vivo. Es un libro corto y de letra grande, asique ideal para los vagos. Describe clara y detalladamente la realidad rural mexicana, asique resulta muy interesante conocer esta parte de la historia. Por último agrego que tiene algunos puntos en común con Dulce Compañía, asique si ya leyeron esa novela y les gustó, les recomiendo ésta.
Mi puntuación final: 5 estrellitas.
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