Una historia de amor y ambición. Una historia de suspenso y de incertidumbre. Una historia de familia y sobre todo, de poder.
Elizabeth Roffe era la última heredera directa de la poderosa empresa Roffe e Hijos que su bisabuelo había fundado. No tenía idea de la magnitud del negocio ni de lo que sucedía a diario en cada una de las sucursales del mundo. Había tenido una infancia repleta de regalos, juguetes y viajes, pero eso no le había alcanzado para tener una infancia feliz. Su madre murió en el parto, y su padre, Sam Roffe, esperaba un varón para que lidere la empresa en el futuro. No fue posible. Nació niña.
Cuando Elizabeth tenía 12 años descubrió accidentalmente un libro antiguo donde estaba escrita toda la biografía de Samuel Roffe, su bisabuelo, quien descubrió un antibiótico para una tos endémica de la época, y logró sus dos anhelos: casarse con la mujer que amaba, quien no podía aceptarlo si él no era rico; y ser médico. Aquel caballo quasi muerto que le dio la fórmula de ese antibiótico resultó ser su salvación. Poco a poco sus medicinas se hicieron conocidas y salvaron muchas vidas, investigaba más y descubría nuevas soluciones. Abrió una farmacia en el ghetto de Varsovia donde vivía, y rápidamente tuvo que agregar sucursales. Luego le ofrecieron conocer el mundo exterior y dejar su hogar. Sin dudarlo aceptó. Era lo único que quería desde que tenía uso de razón. Con su mujer, tuvieron 5 hijos, quienes aprendieron cada uno un idioma distinto y cuando alcanzaban la mayoría de edad viajaban a la capital de algún país de Europa para poner una sucursal allí. Todos resultaron inteligentes y el negocio creció con éxito. Cada uno formó su propia familia, y parecía que así iba a continuar por siglos. Hasta que algo inesperado sucedió. Sam Roffe murió.
Elizabeth era la única heredera por descendencia directa y no estaba capacitada para llevar adelante la empresa. Pero contaba con la ayuda incondicional de Rhys Williams, la mano derecha de su padre y quien había conquistado su corazón desde pequeña Rhys le explicó detalladamente la situación, y le comentó que todos los miembros del directorio (maridos de cada una de sus primas), estaban deseando vender las acciones de Roffe e Hijos, pero que Sam era el único que se los impedía, porque mantenía la idea de que ésta era una empresa familiar, y "en cuanto dejas entrar a los leones de afuera, en algún momento te devoran". Ella lo sabía muy bien. Lo había leído en la biografía de su bisabuelo. No dejaría que esas acciones se vendan.
Se fue a su casa de Cerdeña para reflexionar, y allí sufrió un grave accidente en el cual casi pierde su vida. Estaba segura de que alguien había querido asesinarla. Pero todas las pruebas demostraban lo contrario.
Los banqueros le exigían la suma de dinero que la empresa debía, porque en el último tiempo Roffe e Hijos había sufrido inesperados y desastrosos accidentes que habían dañado fuertemente la reputación del laboratorio. Todo estaba en su contra, y sabía que alguien del directorio quería que ella fracase. La misma persona que había asesinado a su padre. Y ahora no iba a parar hasta descubrir quién era.
Muchísimas cosas son las que suceden en el transcurso de esta historia. Londres, Roma, Alemania, Italia y Suiza, se transforman en escenarios claves de cada suceso, y la adrenalina y desesperación por descubrir la verdad enloquecen a cualquier lector. Elizabeth empieza a desconfiar de todos, y no sabe hasta qué punto conoce a cada uno de sus primos políticos. Pero lo peor de todo, es que también debe desconfiar del gran amor de su vida, de Rhys Williams.
Un historia genial, atrapante, llena de intriga y dudas, donde cualquiera puede ser el asesino que Elizabeth quiere desenmascarar. Una historia escrita en el mejor lenguaje. El lenguaje del amor y de la venganza. El lenguaje más antiguo de la historia.
Propongo para este libro 10 estrellitas. A lo mejor, un valor influenciado por el hecho de que fue mi mamá quién me lo recomendó. Creo yo que se sintió bastante identificada con la historia. Al igual que yo.
Elizabeth Roffe era la última heredera directa de la poderosa empresa Roffe e Hijos que su bisabuelo había fundado. No tenía idea de la magnitud del negocio ni de lo que sucedía a diario en cada una de las sucursales del mundo. Había tenido una infancia repleta de regalos, juguetes y viajes, pero eso no le había alcanzado para tener una infancia feliz. Su madre murió en el parto, y su padre, Sam Roffe, esperaba un varón para que lidere la empresa en el futuro. No fue posible. Nació niña.
Cuando Elizabeth tenía 12 años descubrió accidentalmente un libro antiguo donde estaba escrita toda la biografía de Samuel Roffe, su bisabuelo, quien descubrió un antibiótico para una tos endémica de la época, y logró sus dos anhelos: casarse con la mujer que amaba, quien no podía aceptarlo si él no era rico; y ser médico. Aquel caballo quasi muerto que le dio la fórmula de ese antibiótico resultó ser su salvación. Poco a poco sus medicinas se hicieron conocidas y salvaron muchas vidas, investigaba más y descubría nuevas soluciones. Abrió una farmacia en el ghetto de Varsovia donde vivía, y rápidamente tuvo que agregar sucursales. Luego le ofrecieron conocer el mundo exterior y dejar su hogar. Sin dudarlo aceptó. Era lo único que quería desde que tenía uso de razón. Con su mujer, tuvieron 5 hijos, quienes aprendieron cada uno un idioma distinto y cuando alcanzaban la mayoría de edad viajaban a la capital de algún país de Europa para poner una sucursal allí. Todos resultaron inteligentes y el negocio creció con éxito. Cada uno formó su propia familia, y parecía que así iba a continuar por siglos. Hasta que algo inesperado sucedió. Sam Roffe murió.
Elizabeth era la única heredera por descendencia directa y no estaba capacitada para llevar adelante la empresa. Pero contaba con la ayuda incondicional de Rhys Williams, la mano derecha de su padre y quien había conquistado su corazón desde pequeña Rhys le explicó detalladamente la situación, y le comentó que todos los miembros del directorio (maridos de cada una de sus primas), estaban deseando vender las acciones de Roffe e Hijos, pero que Sam era el único que se los impedía, porque mantenía la idea de que ésta era una empresa familiar, y "en cuanto dejas entrar a los leones de afuera, en algún momento te devoran". Ella lo sabía muy bien. Lo había leído en la biografía de su bisabuelo. No dejaría que esas acciones se vendan.
Se fue a su casa de Cerdeña para reflexionar, y allí sufrió un grave accidente en el cual casi pierde su vida. Estaba segura de que alguien había querido asesinarla. Pero todas las pruebas demostraban lo contrario.
Los banqueros le exigían la suma de dinero que la empresa debía, porque en el último tiempo Roffe e Hijos había sufrido inesperados y desastrosos accidentes que habían dañado fuertemente la reputación del laboratorio. Todo estaba en su contra, y sabía que alguien del directorio quería que ella fracase. La misma persona que había asesinado a su padre. Y ahora no iba a parar hasta descubrir quién era.
Muchísimas cosas son las que suceden en el transcurso de esta historia. Londres, Roma, Alemania, Italia y Suiza, se transforman en escenarios claves de cada suceso, y la adrenalina y desesperación por descubrir la verdad enloquecen a cualquier lector. Elizabeth empieza a desconfiar de todos, y no sabe hasta qué punto conoce a cada uno de sus primos políticos. Pero lo peor de todo, es que también debe desconfiar del gran amor de su vida, de Rhys Williams.
Un historia genial, atrapante, llena de intriga y dudas, donde cualquiera puede ser el asesino que Elizabeth quiere desenmascarar. Una historia escrita en el mejor lenguaje. El lenguaje del amor y de la venganza. El lenguaje más antiguo de la historia.
Propongo para este libro 10 estrellitas. A lo mejor, un valor influenciado por el hecho de que fue mi mamá quién me lo recomendó. Creo yo que se sintió bastante identificada con la historia. Al igual que yo.