viernes, 9 de enero de 2009

El Hombre Duplicado


Siempre me pregunté si hay en el mundo alguien igual a mi. Una copia perfecta, idéntica, igualita a mi. Pero son esas preguntas que de chicos nos hacemos todos, y de grandes, como nunca encontramos las respuestas y la imaginación va decreciendo, nos olvidamos que alguna vez fueron críticas en nuestra pequeña vida.
Tertuliano Máximo Afonso no tenía esa duda en mente, sin embargo una pequeña y mínima circustancia le hizo replantar su existencia. Con una vida rutinaria, aburrida y mayormente solitaria, este profesor de historia solo se interesaba por las civilizaciones maya y azteca. Hasta que un día, un colega le recomendó una película. Un film de autor desconocido y actores aún más ignotos. ¿Para qué habrá aceptado esa opinión, se preguntaría ahora si nuestro personaje se personificara? El hecho es que se sentó en el humilde sofá de su living y se dispuso a mirar la caja boba.
Horas después, una extraña sensación lo despertó y saltó sobresaltado de la cama. Sabía que algo andaba mal, algo relacionado con esa pelicula. Volvió a poner el video en la castera y comenzó a acelerar las escenas hasta donde quería. Así fue que lo vio. Así descubrió a alguien que jamás hubiese querido descubrir. Su par, su igual, su espejo, su gemelo. Ese actor secundario era exactamente igual a él, salvo por la barba y el pelo crecido. Decidió ver la fecha en que se filmó la película, y oh casualidad era en una época en la que él también tenía barbar y el pelo así. Inimaginable. Increíble. Imposible. Algo verdaderamente utópico. Pero real.
Esta es la trama principal de la novela, y transurre de una manera amena y si se quiere, intrigante. Pero lo importante de este libro -la subtrama- son las reflexiones que nos deja. ¿Somos todos realmente únicos o somos producto de nuestra cultura, nuestros valores, nuestro entorno, y por eso mismo esencialmente similares a tantos otros, apenas distinguibles por nuestro aspecto físico o por nuestra vestimenta? Como siempre, Saramago nos lleva a lo más íntimo de nuestro ser para que nos preguntemos cosas de la vida cotideana, cosas que importan y que no nos damos cuenta que suceden, cosas que pueden cambiar la historia si nos diéramos cuenta de ellas.
Y para tratar de amenizar las reflexiones del protagonista, nuestro autor escribe asombrosas conversaciones directamente con una figura imaginaria: nuestro preciado y adorado Sentido Común. Estos diálogos se mantienen durante todo el libro, y resultan muy interesantes, ya que nos deja entrever los pensamientos más profundos de nuestro protagonista sin recrear un locutor omnisciente.

Luego de entender el sentido psicológico de la novela y reconocer la importancia del concepto de la identidad, al historia queda en segundo plano. Sin embargo, nuestro autor consigue que sigamos expectantes para conocer que sucede con este hombre duplicado. Después de reconocerlo, vuelve al VideoClub y alquila todas las películas de esa compañía cinematográfica. Ve cada una de ellas hasta encontrar el nombre de este actor secundario. Secundario en la ficción, pero personaje más que principal en la vida de Tertuliano.
Lo busca, lo encuentra y lo persigue. Conoce a su mujer, descubre su vida y lo convence para demostrarle la verdad. Este hombre se llamaba Antonio Claro. Algo irónico no? Claro, claridad, algo que en esta novela escasea bastante. Se telefonean y Tertuliano no lo convence de que se encuentren en un lugar parcial, fuera de la ciudad, donde todos podrían reconocerlos.
Llega el día y ambos se ven cara a cara en la casa de campo de Antonio Claro. No lo pueden creer. Se examinan cada parte del cuerpo, cada gesto, cada cicatriz, cada marca. Todo intentando encontrar alguna diferencia inexistente.
Allí acuerdan que no le dirán nada a nadie, para evitar problemas. A fin de cuentas, nada de esto hubiese pasado si Tertuliano no veía esa película.

Obviamente que la tentación fue mayor, y Antonio Claro amenaza con decirle a la novia de Tertuliano -María Paz- toda la verdad, si no lo dejaba estar una noche con ella. Tertuliano no sabía que pensar, que hacer. Que ella se entere de la verdad iba a producir tragedia y miseria en la relación, una relación que finalmente se había animado a consumar, después de tantas idas y vueltas. Finalmente accede, pero él no quiso ser menos, y hace lo mismo. Con la mujer de Antonio Claro.

Aquí Saramago vuelve descirbir y reflexionar sobre las miserias del hombre, las cosas que somos capaces de hacer por temor, por poder, y por remordimiento. Las cosas no terminan del todo bien, pero no les voy a contar el final. Se los dejo para que lo descubran por sí mismos, y se animen a introducirse en una novela buena pero no fantástica, atrapante pero no exitante, recomendada pero no de lo mejor de Saramago.
Una novela que se merece según mi opinión, 5 estrellitas.

1 comentario:

Federico dijo...

Tuve que saltearme un poco del post, porque me interesa mucho el libro y la historia. Pinta muy bueno. Me recomendaron mucho a Saramago, asi que quiza debute con este. Guardamelo.
Este año espero que escribas mas!! Buen comienzo y despues te paso uno muy bueno que estoy leyendo ahora y sobre todo diferente, vas a ver.